30 abril 2025

El Consejo de Jóvenes arranca con fuerza: juventud, educación y acción transformadora

El pasado 4 de abril, el Consejo de Jóvenes de la Fundación SM celebró su primera reunión del año con una potente declaración de intenciones: construir, desde la voz de las personas jóvenes, estrategias educativas que respondan a los desafíos sociales y culturales del presente. Lejos de ser un órgano simbólico, el Consejo se posiciona como un espacio real de participación, donde la experiencia, la diversidad y el compromiso se dan la mano.

La sesión, que reunió a más de 20 jóvenes de ocho países (Brasil, Ecuador, México, República Dominicana, España, Chile, Haití y Puerto Rico), comenzó con la bienvenida de Mayte Ortiz, quien subrayó la visión estratégica de la Fundación SM en torno a la juventud. “Este Consejo no es una vitrina, es un taller de ideas, propuestas y acciones concretas”, afirmó.

Un Consejo renovado, más amplio y joven

Ariana Pérez explicó la evolución del Consejo, que anteriormente se dividía entre España y Latinoamérica, hacia un modelo unificado y transversal, conectado con todas las áreas estratégicas de la Fundación SM. “El protagonismo ahora es de los jóvenes”, dijo, y con ello cedió la coordinación a Begoña González Basabe, quien será la coordinadora de este nuevo ciclo.

Durante las presentaciones, quedó claro que el grupo no solo es geográficamente diverso, sino también profesionalmente plural: desde docentes de infantil hasta especialistas en políticas públicas, pasando por investigadores, artistas y educadores rurales. Un mosaico de perspectivas que promete enriquecer el debate y las acciones del Consejo.

¿Qué preocupa hoy a la juventud iberoamericana?

La segunda parte de la reunión giró en torno a una pregunta clave: ¿cuáles son las inquietudes de la juventud actual? Las respuestas fueron tan profundas como diversas. Entre los temas que surgieron, algunos se vinculan directamente con la educación, como el acceso equitativo, la precarización del empleo docente y la necesidad de una formación continua que responda a los desafíos contemporáneos. Otros apuntan al bienestar emocional, destacándose la salud mental de los menores, el acompañamiento socioemocional en las aulas y la ecoansiedad ante la crisis climática. También se expresaron preocupaciones culturales, como la pérdida de lenguas tradicionales y la falta de referentes generacionales. En el ámbito tecnológico, se señaló la inquietud por el uso de la inteligencia artificial, la privacidad digital y la sobreexposición en redes sociales.

Cada intervención dejó patente la urgencia de mirar la educación desde una óptica holística, humana, crítica y culturalmente situada.

Del discurso a la acción

Uno de los puntos más celebrados fue el compromiso colectivo de no quedarse en la reflexión. El Consejo quiere pasar a la acción: se propusieron ideas como crear foros de debate, donar libros, diseñar herramientas para docentes, promover modelos escolares innovadores e incluso intervenir en la elaboración de políticas públicas.

Se destaca también el interés por ampliar los debates a otros ámbitos más allá de lo educativo y promover intercambios entre contextos y territorios. Como afirmaron algunos participantes: “La juventud quiere hablar, pero también hacer”.

El camino continúa

El encuentro cerró con el anuncio de los próximos pasos. A partir del 7 de mayo, el Consejo comenzará a trabajar como asesor en diversos proyectos e investigaciones impulsados por la Fundación SM.

El Consejo se presenta, así, como una plataforma potente para construir desde lo colectivo. No se trata de hablar “sobre” los jóvenes, sino de hablar “con” ellos y, sobre todo, desde ellos. Con voces que emergen de las aulas, los territorios rurales, las urbes multilingües y los márgenes institucionales, el Consejo de Jóvenes empieza su andadura con la mirada puesta en el cambio.