Millennials en América Latina y el Caribe: ¿trabajar o estudiar?

Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

¿Qué hay detrás de las decisiones educativas y laborales de los jóvenes en la región? y ¿qué políticas pueden ayudarlos a hacer una transición exitosa al mercado de trabajo? Dar respuesta a estas dos grandes cuestiones se plantea como el objetivo principal de la investigación: Millennials en América Latina y el Caribe: ¿trabajar o estudiar? Publicada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El levantamiento de la información que debía ser comparable para el conjunto de los nueve países que participaron en el estudio (Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Haití, México, Paraguay, Perú y Uruguay) se obtuvo mediante el diseño de dos instrumentos: la encuesta “Millennials en América Latina y Caribe”, en la que participaron entre 2017 y 2018 jóvenes residentes en las zonas urbanas de dichos países, y un estudio cualitativo, basado en grupos focales, que permitió indagar con más detalle cómo los jóvenes han llegado a su actual situación de estudio y trabajo, así como cuáles son sus aspiraciones para el futuro.

La mirada regional

¿A qué se dedican los millennials en América Latina y el Caribe?

De acuerdo con los resultados de la encuesta, un 41% de los jóvenes en la región se dedica solo al estudio y/o la capacitación, un 21% solo trabaja, un 17% realiza ambas actividades al mismo tiempo, y un 21% no estudia, ni se capacita o trabaja. Lógicamente estos porcentajes varían en cada país, por ejemplo, en Paraguay un 33% de los jóvenes solo estudia o se capacita y un 25% solo trabaja; en cambio, en Haití un 68% solo estudia, mientras que un 5% solo trabaja.

Con respecto a los jóvenes que no estudian, ni se capacitan o trabajan (los mal llamados ninis), la encuesta revela que la mayoría no son jóvenes carentes de obligaciones, sino que realizan otras actividades productivas: el 31% de los jóvenes que pertenece a este grupo está buscando trabajo (sobre todo hombres), más de la mitad, un 64%, se dedica a labores de cuidado de familiares (principalmente mujeres), y casi todos realizan labores domésticas o prestan ayuda en los negocios de sus familias.

Los datos de la encuesta no muestran grandes diferencias de género con respecto a las categorías de “quienes solo estudian”; “quienes solo trabajan” y “quienes estudian y a la vez trabajan”. Es entre los jóvenes nini donde las diferencias de género se hacen muy evidentes: en todos los países, la proporción de mujeres que no están insertas ni en el sistema educativo ni el mercado laboral más que duplica a la fracción de hombres en esa situación.

El contexto en el que los jóvenes toman sus decisiones: ¿estudiar o trabajar?

Los datos de la encuesta revelan que existe una fuerte relación entre las decisiones que toman los jóvenes con respecto al estudio y trabajo y el nivel socioeconómico de los hogares, en particular en lo que se refiere a los ninis. En todos los países los jóvenes nini pertenecen mayoritariamente a los hogares con menores recursos. También se aprecia que, en todos los países, los hogares en que los jóvenes trabajan (independientemente de si estudian o no) tienen los ingresos más altos.

La encuesta Millennials en ALC permite también observar las características de los trabajos a los que los jóvenes de la región acceden. El 70% de los jóvenes empleados en ALC trabaja en el sector informal. En promedio, los jóvenes de ALC se inician en el mundo laboral a los 16 años, no obstante, a pesar de su corta vida laboral (cuatro años, en promedio), los jóvenes cuentan con una media de 3,5 experiencias laborales, lo que sugiere que la duración promedio en el empleo es corta.

Otro factor que se correlaciona con las actividades educativas y laborales de los jóvenes es la maternidad y paternidad durante la adolescencia. Los jóvenes que no están estudiando, independiente de si están trabajando o no, son quienes con mayor frecuencia tuvieron al menos un hijo en su adolescencia. Las estadísticas recopiladas por la encuesta revelan, asimismo, que quienes tuvieron hijos tempranamente y solo trabajan, son principalmente hombres, mientras que aquellos que tuvieron hijos en la adolescencia y hoy no estudian ni trabajan, son en su mayoría mujeres.

¿Cómo de preparados están los jóvenes de ALC?

La encuesta ofrece datos que reflejan rezagos con respecto a las habilidades cognitivas que juegan un papel más importante para alcanzar un buen desempeño en el mercado laboral. Alrededor de un 40% de los encuestados no es capaz de realizar correctamente cálculos matemáticos muy sencillos y menos de la cuarta parte declara hablar inglés con fluidez. No obstante, estos resultados contrastan con la alta destreza que muestran en el uso de las tecnologías digitales.

Expectativas, aspiraciones y creencias

Los déficits que los jóvenes muestran en lo que respecta a las habilidades cognitivas, contrasta con el buen desarrollo de las habilidades socioemocionales.

En prácticamente todos los países los jóvenes se muestran optimistas respecto de su futuro. Solo en Haití los jóvenes muestran expectativas menores, con alrededor de un 65% de jóvenes que cree que logrará cumplir sus aspiraciones educativas y laborales. Le siguen los jóvenes en El Salvador donde menos de un 80% revela creer que se cumplirán estas aspiraciones.

Estos resultados van en consonancia con los niveles de autoestima y autoeficacia que muestran los jóvenes de ALC, ambas habilidades socioemocionales se miden en una escala que alcanzan un máximo de 40 puntos. En todos los países los jóvenes muestran indicadores promedio que se ubican en la parte superior de la escala; por lo general, levemente por arriba de los 30 puntos. Los niveles más altos se encuentran en Colombia y los más bajos, en Haití.

Finalmente, la encuesta recoge la actitud de los jóvenes hacia el rol de la mujer, medidas en una escala de 0% a 100%. Un valor cercano al 100% en el índice indica que el joven tiene una visión igualitaria respecto al rol de mujeres y hombres. En todos los países las jóvenes muestran una mirada más igualitaria que los jóvenes. Hay diferencias relevantes, sin embargo, entre países: por un lado, en Chile los jóvenes muestran actitudes de género más igualitarias (80%), mientras que en Haití, México y Paraguay los jóvenes muestran actitudes marcadamente menos igualitarias, con un puntaje en torno al 60%.

Políticas hacia el futuro

¿Cómo reforzar la labor que hoy realizan las políticas de apoyo a jóvenes en sus trayectorias educativas y laborales? La revisión de políticas y la evidencia sugieren direcciones para el futuro.

  1. Acceso para el desarrollo de habilidades. Es necesario que la región continúe promoviendo políticas destinadas a reducir las limitaciones a la formación de los jóvenes mejorando la oferta de servicios educativos y proporcionando un mejor acceso (por ejemplo, a través de subsidios para transporte y una mayor oferta de centros de cuidado infantil, entre otros).
  2. Calidad y pertinencia en el desarrollo de habilidades. Atender la calidad de la educación es un reto común para todos los países de América Latina y el Caribe. Esto supone no solo trabajar para mejorar las deficiencias en habilidades cognitivas de los jóvenes, sino también enfatizar el desarrollo de las habilidades socioemocionales requeridas por los empleadores (por ejemplo, responsabilidad, trabajo en equipo, liderazgo) y el interés por aprender. Igualmente, involucrar al sector privado es clave para asegurar que estos planes formativos sean pertinentes y estén alineados con la demanda laboral.
  3. Información y orientación laboral. En particular, los observatorios laborales y los servicios públicos de empleo pueden cumplir el rol de generar y entregar información adecuada (por ejemplo, acerca de retornos laborales, demanda de empleo, etcétera) para que los jóvenes tomen sus decisiones de educación y laborales de manera eficiente e informada.

El resto de la publicación Millennials en América Latina y el Caribe: ¿trabajar o estudiar? Se dedica a tratar en capítulos específicos, los resultados para cada uno de los nueve países que participaron en la investigación, combinando los resultados de la encuesta con la investigación cualitativa en torno a las aspiraciones de los jóvenes para el futuro.